El fascinante mundo de las montañas: una caminata a dos impresionantes lagos de montaña
Las montañas no sólo son majestuosos gigantes que tocan el cielo, sino que también albergan algunos de los tesoros naturales más bellos. Uno de estos tesoros son los lagos de montaña que yacen como joyas resplandecientes en los valles.
Comienza una aventura
El viaje comienza en un aparcamiento cerca de un pequeño snack bar. Desde aquí se sigue un sendero bien señalizado que atraviesa el pintoresco paisaje. Cada paso revela la belleza de la naturaleza en todo su esplendor.
La primera parada: el lago de montaña Lac de Melo
Después de una caminata exigente pero gratificante, se llega al primer lago, el lago de Melo. Ubicado a una altitud de 1711 metros, este lago es un destino popular para familias. El agua con gas refleja la luz del sol y ofrece una vista impresionante. Una breve parada aquí le permitirá ver la belleza desde una perspectiva diferente, especialmente si tiene la oportunidad de ver el lago a vista de pájaro.
La subida al segundo lago
Después de un breve descanso en el lago de Melo, el viaje continúa hasta el segundo lago, el lago Capitel. El camino hasta allí es más empinado y requiere un poco de subida. Pero con el equipo adecuado y una gran voluntad, es una tarea factible. Durante la subida hay una vista maravillosa del lago de Melo. Finalmente, tras pasar una pequeña cascada, se llega al lago Capitel a 1930 metros de altitud. La vista panorámica desde aquí es simplemente fantástica.
Conclusión del viaje
La caminata a estos dos lagos de montaña no es sólo un desafío físico, sino también un festín para los sentidos. El impresionante paisaje, el aire fresco de la montaña y la sensación de estar en plena naturaleza hacen de este recorrido una experiencia inolvidable. Es un viaje apto tanto para individuos como para familias, y la belleza que ofrece hará las delicias de cualquier excursionista.
Las montañas y sus tesoros escondidos esperan ser descubiertos. Cada caminata en esta región es una nueva aventura esperando ser vivida. Entonces, ¿por qué no calzarse las botas de montaña y salir a descubrir las maravillas de la naturaleza?
